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Cayo Santa María, una pequeña isla en el archipiélago cubano de Jardines del Rey, es un destino que evoca imágenes de playas de arena blanca, aguas cristalinas y una atmósfera de tranquilidad absoluta. Este paraíso caribeño, situado al norte de la provincia de Villa Clara, ha ganado popularidad entre los viajeros que buscan una escapada tropical lejos del bullicio de las grandes ciudades. Aquí, la naturaleza y la comodidad se encuentran para ofrecer una experiencia inolvidable.
Llegar a Cayo Santa María no es una tarea sencilla, pero la recompensa al final del viaje hace que todo valga la pena. La mayoría de los turistas optan por volar a La Habana y luego hacer el traslado terrestre hasta el cayo. El trayecto puede tomar alrededor de seis horas, pero ofrece la oportunidad de disfrutar del paisaje cubano y hacer paradas en lugares interesantes.
Uno de los aspectos más fascinantes del viaje es cruzar el pedraplén que conecta la isla con el continente. Este camino de 50 kilómetros, considerado una de las obras de ingeniería más importantes de Cuba, es una experiencia en sí mismo. Al atravesarlo, tendrás la sensación de estar flotando sobre el mar, rodeado de agua por todos lados, con vistas panorámicas que te acompañarán hasta llegar a tu destino.
Para llegar a Cayo Santa María desde Varadero, lo más común es tomar un traslado terrestre en autobús o taxi, en un viaje de aproximadamente 5 a 6 horas que te lleva a través de paisajes cubanos encantadores. Durante el trayecto, es posible hacer una parada en algún lugar pintoresco antes de cruzar el espectacular pedraplén que une el cayo con el continente, ofreciendo una vista única del mar.
Partiendo temprano desde La Habana, nuestro viaje a Cayo Santa María comenzó con la expectativa de unas vacaciones inolvidables. La larga travesía se hizo más llevadera con una parada en un parador llamado Para Ti, donde pudimos descansar y disfrutar de un sencillo café acompañado de un sándwich de jamón y queso tostado. Este tipo de simplicidad es algo que caracteriza el viaje en Cuba, donde lo esencial se convierte en un placer.
El cruce del pedraplén fue uno de los momentos más memorables. La estructura, rodeada por el Mar Caribe, conecta el continente con la isla, ofreciendo vistas espectaculares. La coordinadora del viaje nos permitió turnarnos para estar al frente del autobús, lo que nos dio la oportunidad de capturar las mejores fotos del trayecto. Esta obra arquitectónica no solo es impresionante por su longitud, sino también por cómo integra el entorno natural, haciendo que el viaje sea una experiencia única antes de llegar al cayo.
Cayo Santa María es conocido por su amplia oferta de resorts todo incluido, lo que lo convierte en un destino ideal para aquellos que buscan relajarse sin preocupaciones. La isla cuenta con más de 20 hoteles, todos de gran calidad, que ofrecen desde actividades acuáticas hasta opciones gastronómicas variadas.
Durante nuestra estancia, nos alojamos en el Meliá Las Dunas, un resort que combina lujo y confort en un entorno natural. Desde la llegada, el proceso de check-in fue rápido y eficiente, lo que nos permitió disfrutar de nuestras vacaciones desde el primer momento. Las habitaciones eran amplias y bien equipadas, con detalles encantadores como las figuras de toallas que los empleados del hotel dejaban cada día. Además, el resort cuenta con varias piscinas, bares y un teatro donde cada noche se realizan espectáculos para todos los gustos.
| Hotel | Puntuación Google Maps | Calidad del Servicio (Basada en reseñas) | Rango de Precios (Aproximado) |
|---|---|---|---|
| Meliá Cayo Santa Maria | 4.0 | Buena, destacando la variedad de restaurantes y el acceso a la playa. | Medio-alto |
| Royalton Cayo Santa Maria | 4.4 | Excelente, con suites modernas y un bar a pie de playa. | Alto |
| Hotel Meliá Las Dunas | 4.4 | Muy buena, con un ambiente elegante y un spa relajante. | Medio-alto |
| Playa Cayo Santa Maria | 4.2 | Buena, con una ubicación privilegiada frente al mar. | Medio |
Cayo Santa María es más que solo hoteles de lujo; es un lugar donde la naturaleza se presenta en todo su esplendor. Las playas de arena blanca y aguas turquesas son sin duda la principal atracción. A pesar de que durante nuestra estancia el mar estaba un poco agitado debido a un frente frío, la belleza del paisaje seguía siendo impresionante. Pasear por la playa, con sus largos tramos de arena y bancos de arena donde el agua apenas llegaba a los tobillos, fue una de nuestras actividades favoritas.
Además, descubrimos una playa nudista al final del hotel, una sorpresa que le añade un toque especial al lugar para aquellos que buscan una experiencia diferente. El resort también ofrece una amplia gama de actividades, desde deportes acuáticos hasta juegos en la piscina, lo que garantiza que siempre haya algo que hacer.
La gastronomía en Cayo Santa María es variada, aunque limitada por las dificultades logísticas de abastecimiento en la isla. En el Meliá Las Dunas, los restaurantes ofrecían una buena selección de platos, aunque no tanta variedad como se podría encontrar en otros destinos. El buffet era suficiente para satisfacer nuestras necesidades, con opciones como ropa vieja, pescado, y una estación donde preparaban sushi a gusto del cliente.
Las bebidas en los bares eran otro punto destacado. Nos hicimos fans de un cóctel en particular, el café español, que combinaba café con un toque de alcohol, perfecto para disfrutar en el lobby mientras jugábamos al burako, un juego de fichas que nos mantuvo entretenidos en las tardes. El resort también cuenta con varios restaurantes temáticos, como el restaurante romántico con música en vivo, que fue una de las mejores experiencias culinarias de nuestro viaje.
La vida nocturna en Cayo Santa María es vibrante, especialmente dentro de los resorts. Cada noche, el teatro del Meliá Las Dunas ofrecía un espectáculo diferente, desde shows de música cubana hasta presentaciones de danza. Después de los espectáculos, el bar del lobby se convertía en el punto de encuentro para aquellos que querían seguir disfrutando de la noche con música y baile.
Además, las noches en el resort ofrecían la oportunidad de socializar con otros huéspedes, ya sea participando en las actividades organizadas o simplemente disfrutando de un cóctel en la piscina. Las fiestas temáticas y los eventos nocturnos eran una forma perfecta de cerrar el día con diversión y entretenimiento.
Uno de los aspectos más importantes de Cayo Santa María es su compromiso con la preservación del entorno natural. Durante nuestras caminatas por la playa, nos dimos cuenta de la importancia de mantener este lugar limpio y libre de basura. Desafortunadamente, vimos algunos residuos como vasos de plástico y paquetes de cigarrillos, lo que nos motivó a recoger la basura que encontramos a lo largo de nuestro recorrido.
La construcción de los resorts en Cayo Santa María se ha hecho con un enfoque en la sostenibilidad. Por ejemplo, el largo camino que conecta el hotel con la playa está diseñado para minimizar el impacto en el ecosistema costero. Este tipo de medidas aseguran que el cayo pueda seguir siendo un destino turístico sin comprometer su belleza natural.
Viajar a Cayo Santa María requiere de cierta planificación, y hay algunos detalles que los viajeros deben tener en cuenta. En cuanto a la seguridad, nos sentimos muy tranquilos durante todo el viaje. Las calles de La Habana, por ejemplo, son seguras incluso para caminar de noche, aunque siempre es recomendable tomar las mismas precauciones que en cualquier otro lugar.
El acceso a internet en Cayo Santa María es limitado. En nuestro hotel, nos daban un código de acceso con horas limitadas, pero podíamos solicitar más tiempo si lo necesitábamos. La conexión era algo inestable, pero suficiente para mantenerse en contacto con el mundo exterior.
Finalmente, es recomendable llevar algunos artículos esenciales, como bebidas o snacks, ya que las opciones en el camino pueden ser limitadas. También es buena idea llevar una bolsa para recoger basura durante las caminatas por la playa, contribuyendo así a la preservación del entorno.
Cayo Santa María superó nuestras expectativas en muchos aspectos. Desde el impresionante viaje a través del pedraplén hasta las hermosas playas y el ambiente relajado del resort, cada momento fue especial. A pesar de algunos inconvenientes menores, como el viento que agitaba el mar y la limitada variedad de alimentos, la experiencia en general fue excelente.
La combinación de naturaleza, comodidad y hospitalidad cubana hace de Cayo Santa María un destino que recomendaría a cualquiera que busque unas vacaciones tranquilas y rejuvenecedoras. Cada rincón del cayo tiene algo que ofrecer, ya sea que busques aventura, relajación o simplemente un lugar para desconectar. Sin duda, es un lugar al que esperamos regresar en el futuro.
